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martes, 13 de enero de 2015

DOS CLAVES PARA UNA BUENA PRE-TEMPORADA


Al igual que en otros deportes, en el running realizar una buena pre-temporada es importante antes de encarar nuevos y difíciles desafíos deportivos.
Para ser claros, al igual que un arquitecto necesita construir buenos cimientos antes de iniciar la construcción de un edificio, un corredor debe tener una buena base de kilómetros antes de avanzar en la ejecución de un plan de entrenamiento específico para una carrera determinada.
De no ser así, al igual que un edificio con malos cimientos, corremos el gran riesgo de derrumbarnos y padecer de alguna lesión que nos impida continuar corriendo.
Si te has tomado unas vacaciones del running, estas volviendo a correr luego de una lesión o estás pensando en comenzar a correr, será importante que trabajes en tu acondicionamiento general como corredor.
Por ello, a continuación te contamos las dos claves para que tengas una buena pre-temporada:

Mejora gradualmente

Para ello, uno de los aspectos clave, es el aumento gradual del kilometraje semanal que corres; aumento que debe ser progresivo y organizado – no en forma paulatina-.
Demasiadas veces vemos corredores que recién se inician o que vuelven de un largo tiempo de inactividad y con la euforia de volver a practicar este deporte cometen el error de hacer demasiado, demasiado rápido, no entregando a nuestro cuerpo el tiempo necesario para adaptarse.
Recuerda, cuanto mejor es la base que tengas, mayor será la dureza con la que podrás trabajar cuando te prepares para participar en carreras y así podrás aumentar tus posibilidades de alcanzar los objetivos de rendimiento que te establezcas.

La intensidad

Ahora bien, como parte de tu pre-temporada, tener claro la necesidad del aumento progresivo de los kilómetros que corres no es la única cuestión a tener en cuenta, la carga de trabajo también lo es.
La intensidad de nuestros entrenamientos no debe ser ni demasiado pequeña ni demasiado grande; su objetivo será presentar una dificultad tal que facilite la adaptación a un nivel superior de forma para correr.
Si el estrés que generas con tus entrenamientos es casi igual a la capacidad de tu cuerpo  para hacer frente al trabajo, tu cuerpo se adaptará incrementando su capacidad.
A medida que mejore tu forma física, el cuerpo podrá hacer frente a una mayor carga de entrenamiento con el mismo esfuerzo.
Por otro lado, si el estrés es excesivo y te sobreentrenas, estarás  sobrecargando tus posibilidades de adaptación provocando fatiga, lesiones, agotamiento o un mal rendimiento

Fuente: runfitners.com

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