Después de mirar mil veces hacia el cielo, investigar en no sé cuantos portales meteorológicos las previsiones climáticas, y de mentalizarnos para correr bajo agua, finalmente el pasado domingo se llevó a cabo la novena etapa del campeonato de la Agrupación de Atletas del Uruguay.
Con un día que amaneció con una llovizna pertinente, después de una madrugada con tormentas y lluvia intensa, partimos hacia la capital, hacia el Prado, buscando la puerta del Colegio Salesiano Maturana.
En lo personal, una etapa especial, por mi devoción hacia Don Bosco, y todo el cariño y recuerdo que tengo hacia el carisma y comunidad salesiana, forjadora de mis años escolares y liceales.
Llegamos con mi amigo Facundo, con suficiente tiempo, para estacionar cómodamente sobre el frente del Colegio, y esperar al resto del equipo. A nuestro arribo, la llovizna ya había amainado, y si bien se mantenía nublado y más fresco de lo que uno podía preveer, el no llover más ya era buen síntoma de mejoría del tiempo.
Poco a poco, las instalaciones del Colegio se fue poblando de atletas llegados de todas partes, adultos y niños se mezclaban en alegría y entusiasmo, al mejor estilo de aquel Oratorio que Don Bosco, como "Padre y Maestro de la Juventud" creaba y animaba en la Italia del siglo XIX.
Pasada las 11 horas largamos a recorrer las calles del hermoso barrio montevideano como lo es el Prado.
El recorrido igual al año pasado, con la variante de no encontrarnos con los añejos árboles de la Av. Buschental, extraídos hace poco por la Intendencia Municipal. Un lindo y pintoresco circuito, de dos vueltas, que a pesar de las amenazas del tiempo, contó con un gran número de atletas.
Ahora nos espera Durazno el domingo 26 de agosto, para cumplir con la Décima etapa.
Nos vemos entonces en el centro del país.
Saludos, amigos corredores!!!
Una buena etapa,en un lugar en que es muy grato correr.
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